¿Por qué utilizamos un antiincrustante?
Como amantes del mar activos, nos preocupamos por el impacto que puedan tener nuestras actividades sobre el medio. El consumo de combustible y la eficiencia del motor pueden contribuir al smog: los vertidos de los tanques de desechos pueden contaminar las aguas y navegar en áreas delicadas puede afectar al equilibrio de la vida acuática. Afortunadamente, estos efectos pueden ser controlados y minimizados, asegurando un medio limpio y a salvo para disfrutar de nuestra pasión por navegar.
Tomando las medidas oportunas para minimizar su impacto potencial en el medio marino, puede contribuir a mantenerlo limpio y a salvo para que todos lo disfrutemos.
Existen TRES razones principales para prevenir el crecimiento de organismos e incrustaciones:
Seguridad
Un alto nivel de incrustaciones dificulta la maniobrabilidad e incluso puede llegar a sumergir la línea de flotación, debido al exceso de peso. Las incrustaciones pueden crecer irregularmente en la obra viva, desequilibrándola, haciéndola peligrosamente incontrolable. Todo esto puede entorpecer la navegabilidad tan necesaria con mal tiempo.
Protección
Las incrustaciones pueden penetrar en las capas del casco, abriendo la superficie y permitiendo que el agua entre en contacto con metales y fibra de vidrio desprotegidos. Puede provocar corrosión en los metales y ampollas en la fibra de vidrio a través de la osmosis. Estos problemas son costosos y tediosos a la hora de repararlos.
Velocidad y eficacia
Las incrustaciones producen fricción- la fricción reduce la velocidad. Por consiguiente, se necesita más combustible o energia para mantener la embarcación a la misma velocidad. Para embarcaciones de regata, puede provocar grandes diferencias durante la competición. No obstante, un incremento de consumo de combustible no costará más únicamente, sino que también producirá un impacto medioambiental al incrementar la polución.